Si de antemano no supiéramos que la historia que narra esta película está basada en hechos reales sería realmente difícil creerse lo que en ella se cuenta. Partiendo de esta base y de la predisposición para conocer la interpretación de los hechos históricos que ha hecho Affleck podemos disfrutar de una película que logra mantener la atención, el suspense y el interés del espectador por esta historia que nos traslada a Teherán en 1979. La ambientación es muy buena y los detalles están muy cuidados.
Se me hace muy buena trama y se lleva bastante bien esta historia a la pantalla. Bean Affleck, Christopher Stanley y Bryan Cranston se consolidan como buenos actores.
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