El hallazgo de este tesoro en las aguas del Rin nos dice que no siempre los bárbaros conseguían su objetivo ya que los romanos también andaban al acecho para tratar de impedir estos saqueos.
De esta manera se explica que la carga, a veces, acabase en el fondo del río y curiosamente, gracias a este hecho, ahora podemos disfrutar de estas piezas en un muy buen estado de conservación ya que el barro se ha encargado de protegerlas durante años.
M.A.R.Q. Del 30 de Marzo al 14 de Octubre de 2012. |